¿CÓMO SE DETECTAN Y SE TRABAJAN LAS FOBIAS INFANTILES EN TERAPIA?

Autora: Carla Carulla Capdevila (Psicóloga infantojuvenil en Elisabet Rodríguez – Psicologia i Psicopedagogia)

Las fobias son un motivo de consulta común en la población infantojuvenil. Sin embargo, hay que diferenciar entre los miedos evolutivos y adaptativos que pueden presentar los niños en las diferentes etapas de su desarrollo, y una fobia, que forma parte de los denominados trastornos de ansiedad.

¿Qué son exactamente las fobias?

Las fobias específicas son caracterizadas, según el manual de referencia DSM-5 (APA, 2013), por un miedo o ansiedad intensa ante la presencia o la anticipación de un objeto o situación específica. Los estímulos fóbicos pueden ser variables: los animales, las alturas, la oscuridad, la sangre, las inyecciones, los sitios cerrados… Y la exposición a los mismos conduce prácticamente siempre a una respuesta inmediata de miedo o ansiedad que puede derivar en ataque de pánico. En los niños, el miedo o la ansiedad se pueden expresar con llanto, rabietas, quedarse paralizados o aferrarse.

El estímulo fóbico se resiste o evita activamente, presentando la persona un miedo o ansiedad desproporcionada al peligro real de la situación teniendo en cuenta el contexto sociocultural. Además, para ser considerada una fobia, el miedo y la ansiedad deben ser persistentes y durar 6 meses o más; a parte de causar un malestar clínicamente significativo en la persona o bien interferir en sus áreas de funcionamiento básicas.

¿Qué población es más probable que presente una fobia?

La fobia específica es más común en la población infantojuvenil, encontrando prevalencias de un 5% de los niños y un 16% de los adolescentes. En la población adulta las tasas de prevalencia disminuyen, siendo aproximadamente un 3% de los adultos los que sufren esta condición. Con relación al género, la fobia específica suele encontrarse más frecuentemente en mujeres, concretamente a razón de dos mujeres por cada hombre.

¿Cuándo aparecen las fobias?

La mayor parte de las fobias específicas suelen aparecer en la infancia, a excepción de las fobias de tipo situacional (transportes públicos, volar en avión o los coches), que suelen tener una edad de inicio más avanzada. La media de edad de inicio de las fobias específicas es a los 9,7 años.

¿Hay diferentes tipos de fobias?

El DSM-5 (APA, 2013) distingue diferentes tipos de fobia específica, que se pueden clasificar en las siguientes categorías:

–   Animal: el miedo es causado por uno o más tipos de animales. Los animales que suelen provocar más miedo son las serpientes, arañas, insectos, gatos, ratas, ratones y pájaros.

–   Ambiente natural: en esta categoría el miedo es provocado por situaciones naturales como pueden ser tormentas, viento, alturas, agua o la oscuridad.

–   Sangre / inyecciones / daño corporal: en este caso el miedo es causado por la visión de sangre, las inyecciones o análisis de sangre, por un posible daño o por el miedo a los hospitales e instrumentos médicos.

–   Situacional: situaciones específicas como transportes públicos, túneles, puentes, ascensores, volar en avión, coches o lugares cerrados pueden ser inductores del miedo.

–   Otro tipo: el miedo es causado por otro tipo de estímulos, como pueden ser en niños los ruidos fuertes o las personas disfrazadas.

Los motivos de consulta relacionados con fobias más frecuentes en niños son la oscuridad, la escuela y los perros.

Photo by Pixabay on Pexels.com

¿Se puede presentar más de una fobia a la vez?

Es común que las personas con una fobia específica presenten a lo largo de su vida múltiples fobias. De hecho, la presencia de una fobia específica aumenta la probabilidad de tener miedos en general, aunque no sean necesariamente fóbicos. Adicionalmente, presentar una fobia específica de un determinado tipo aumenta la probabilidad de tener otra del mismo tipo (tener fobia a las arañas aumenta la probabilidad de tener fobia, por ejemplo, a las serpientes).

¿Las fobias aparecen asociadas a otros trastornos?

El estudio mundial de la World Health Organization (Wardenaar et al., 2017) encontró que el 60,5% de las personas adultas con fobia específica presentaban trastornos asociados, especialmente trastornos de ansiedad, trastornos afectivos, trastorno de control de impulsos y trastorno por uso de sustancias. En niños, la fobia específica se asocia frecuentemente con trastorno de ansiedad por separación.

¿Por qué se mantienen las fobias?

Las fobias se mantienen debido a la interacción de dos tipos de factores: en primer lugar, la anticipación del estímulo fóbico, que da lugar a expectativas de pánico y de peligro; junto a la percepción de la persona de tener pocos recursos para afrontar la emoción o la situación fóbica. Esto genera que las personas eviten las situaciones temidas, acción que produce un alivio de la sintomatología ansiosa y la omisión de las consecuencias aversivas anticipadas, reforzando negativamente así la evitación. Sin embargo, cabe tener en cuenta que la evitación mantiene las expectativas de peligro, ya que no se llega a comprobar si las expectativas de amenaza son realistas, e impide la realización de actividades deseadas.

Por otro lado, la atención y ayuda recibida por parte de otras personas puede reforzar positivamente la fobia y contribuir también a su mantenimiento.

Finalmente, el uso de conductas defensivas dentro de la situación también influye negativamente en el mantenimiento de la fobia, a pesar del alivio temporal del miedo que estas pueden generar en un primer momento. Estas conductas pueden ser la distracción, el consumo de ansiolíticos, evitar bajar la mirada en sitios altos, ir acompañado de una persona de confianza, escapar de la situación, etc.

¿Se pueden superar las fobias?

Sí, existen tratamientos eficaces para las fobias. La exposición en vivo a las situaciones temidas es uno de los tratamientos más investigados y que ha resultado ser más eficaz, especialmente para los siguientes tipos de fobias: a los animales, a las alturas, a lugares cerrados, a volar en avión, a conducir, a la sangre, a las inyecciones, a las tormentas, a los globos y al atragantamiento. 

La exposición mediante realidad virtual ha demostrado ser eficaz concretamente para la fobia a las alturas, a volar, a las arañas y la claustrofobia. Por otro lado, la tensión aplicada es eficaz para la fobia a la sangre, inyecciones y daño corporal. En el caso de niños y adolescentes, la exposición en vivo también es el tratamiento más eficaz, ya que la exposición reduce el miedo, las conductas de evitación, las creencias amenazantes y las emociones negativas asociadas al estímulo fóbico.

¿Por qué la exposición es eficaz?

Existen diversas explicaciones sobre porqué la exposición resulta ser eficaz. En primer lugar, la exposición da lugar a la habituación, tanto dentro de cada sesión como entre las sesiones. También se produce una extinción de las respuestas condicionadas de ansiedad al comprobar con la exposición repetida que las consecuencias aversivas no ocurren. Esto genera también una disminución de las interpretaciones amenazantes y un aumento de la sensación de autoeficacia. Paralelamente, se produce un proceso de aceptación de los estados emocionales negativos, así como de las sensaciones y creencias asociadas sin intentar controlarlos o escapar de ellos.

Referencias bibliográficas:

American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5a ed.). Washington: APA.

Antony, M.A. y Barlow, D.H. (1997). Fobia específica. En V.E. Caballo (Dir.), Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos psicológicos (Vol. 1, pp. 3-24). Madrid: Siglo XXI.

Bados, A. (2017). Fobias específicas: Naturaleza, evaluación y tratamiento.

Hofmann, S.G., Lehman, C.L. y Barlow, D.H. (1997). How specific are specific phobias? Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry, 28, 233-240.

LeBeau, R., Glenn, D., Liao, B., Wittchen, H., Beesdo-Baum, K., Ollendick, T., et al. (2010). Specific phobia: A review of DSM-IV specific phobia and preliminary recommendations for DSM-V. Depression and Anxiety, 27, 148-167.

Vallejo, M. A. (2016) Manual de Terapia de Conducta Tomo I. Madrid: Dykinson, S.L

Wardenaar, K. J., Lim, C. C., Al-Hamzawi, A. O., Alonso, J., Andrade, L. H., Benjet, C., De Jonge, P. (2017). The cross-national epidemiology of specific phobia in the World Mental Health Surveys. Psychological medicine, 47(10), 1744.

Categorías psicología, psicología infantilEtiquetas , ,

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto:
search previous next tag category expand menu location phone mail time cart zoom edit close