Autora: Laura García (psicopedagoga en Elisabet Rodríguez – Psicologia i Psicopedagogia, Granollers)
¿Qué es una evaluación neuropsicológica?
Podríamos decir que la evaluación psiconeurológica es una de las más completas que existe en el ámbito de la salud, no sólo porque se encarga de determinar el estado cognitivo y afectivo-conductual del paciente, sino porque nos permite comprender cómo funcionan las distintas áreas y sistemas del cerebro de una persona a través de la medición de sus capacidades cognitivas.
Esta información se obtiene usando modelos teóricos, test, entrevistas, cuestionarios y escalas psicológicas. No sólo se realizan a personas que padecen alguna enfermedad neurodegenerativa o algún daño neurológico, sino que también se utiliza con personas que padecen trastornos o patologías psiquiátricas.
Esta evaluación puede llevarse a cabo en un contexto clínico, médico-legal y/o de investigación. Proporciona información muy valiosa que puede pasar desapercibida en otras metodologías de estudio, por lo que se usa de manera complementaria a las técnicas de neuroimagen o pruebas radiológicas.
¿Qué profesional realiza este tipo de valoración?
Las evaluaciones neuropsicológicas las suele realizar un neuropsicólogo, pero también un psicólogo o un psicopedagogo con formación especializada en neuropsicología.
Habitualmente se recomienda la realización de dicha evaluación neuropsicológica cuando existen síntomas o quejas relacionados con la memoria, la atención, el razonamiento u otros aspectos relacionados con las funciones cognitivas. Algunos signos que requieren una evaluación cognitiva son cambios en la concentración, la organización, el razonamiento, la memoria, el lenguaje, la percepción, la coordinación o la personalidad. El cambio puede deberse a cualquiera de muchas causas médicas, neurológicas, psicológicas o genéticas. Las pruebas o estudios que se realicen serán útiles para entender la situación específica de cada paciente.
¿Qué aspectos se evalúan en ella?
No hay dos pacientes iguales. Cada uno ha de considerarse como un universo particular. Por eso, la evaluación neuropsicológica ha de ser flexible y adecuarse a cada caso. Mediante los modelos, test, entrevistas, etc., antes citados se estudian aspectos como:
- La capacidad intelectual general
- Las habilidades visoespaciales
- El lenguaje
- El aprendizaje y la memoria
- El temperamento y la personalidad
- Atención y concentración
- Nivel de autonomía del sujeto en la vida cotidiana
- Las destrezas de ejecución de alto nivel o funciones ejecutivas como el razonamiento o la resolución de problemas.
- Cambios afectivos, conductuales y de personalidad
Una adecuada evaluación es clave para una acertada intervención con tratamiento y rehabilitación neuropsicológica enfocada a déficits neuropsicológicos. Algunas capacidades pueden estudiarse en mayor detalle que otras, dependiendo de las necesidades de cada persona.
Es por todo esto que los objetivos de una evaluación neuropsicológica son los siguientes:
- Identificar las consecuencias de los déficits neuropsicológicos, así como el estado del funcionamiento cognitivo, emocional, conductual y funcional.
- Determinar los perfiles clínicos de las diferentes patologías.
- Fijar un programa de rehabilitación personalizado, a la vez que se establece un diagnóstico diferencial y conciso.
- Hacer un seguimiento del progreso del paciente y la eficacia del tratamiento.
- Peritaje y/o valoración médico-legal.
- Contribución a la evaluación de cambios evolutivos en el estado cognitivo.
- Investigación, fundamentalmente clínica, con contrastación y/o verificación de hipótesis entre las relaciones conducta y cerebro.
- Valorar los efectos de una cirugía y de tratamientos farmacológicos en ciertos casos.
- Redactar informes periciales o programas de rehabilitación neuropsicológica.

¿Por qué es tan importante este proceso?
El principal objetivo de estas evaluaciones se centra, sobre todo, en las necesidades de tratamiento de aquellos sujetos afectados por diferentes alteraciones en las funciones cerebrales superiores. Pero este proceso no sólo acaba en la evaluación y la recogida de los resultados, la evaluación incluye la exploración, el diagnóstico y el plan de acción del tratamiento, permitiendo diseñar un perfil de capacidades afectadas para restablecer la línea base que ayudará a comparar la evolución y éxito de la intervención.
No todo vale en una evaluación neuropsicológica, se deben tener en cuenta varios aspectos importantes que serán de gran relevancia en el proceso de rehabilitación del paciente:
- El empleo de métodos de evaluación y observación cualitativos y cuantitativos, como pruebas y/o tests.
- Conseguir información de personas significativas para el usuario (historia personal, origen del problema, patrones de conducta…).
- La observación de la persona en otros ambientes y entornos.
- El estudio de las normas de ejecución durante la realización de pruebas, tratamiento y posibles síntomas.
- La elaboración de informes detallando los resultados y datos obtenidos.
Los componentes esenciales de la exploración neuropsicológica son:
- El estudio sistemático como base principal.
- La historia clínica o anamnesis.
- La observación y la aplicación de pruebas necesarias.
- La flexibilidad, profesionalidad y experiencia del examinador.
Una vez realizada la evaluación, se siguen tres fases generalizadas para llevar a cabo una intervención de manera adecuada:
- Evaluación neuropsicológica.
- Definición de objetivos y plan de tratamiento.
- Rehabilitación neuropsicológica y seguimiento.
- Y, por último, valoración de los resultados.
Cada fase conlleva unos objetivos que determinarán el siguiente camino a seguir, es por ello que el proceso de evaluación neuropsicológica no solo es una herramienta para que el profesional sanitario recabe información, sino que también constituye una oportunidad que se le ofrece a la persona y sus familiares para mantenerse informados sobre lo que ocurre y poder así tener un punto de partida para mejorar su situación.
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