Autora: Carla Carulla, psicóloga infantojuvenil en Elisabet Rodríguez – Psicologia i Psicopedagogia (Granollers).
La infidelidad ha sido fuente de estudio de numerosos investigadores y profesionales de la psicología en los últimos años, ya que representa una causa frecuente de separación en una pareja y genera un impacto emocional importante en las personas afectadas, siendo esta un motivo de consulta habitual en psicología clínica.
Como seres sociales, las relaciones sexoafectivas forman parte de la vida de las personas y como fuente de desarrollo personal y social. El deseo de compartir experiencias emocionales y sexuales, así como el sentimiento de pertenencia y compromiso son motivadores hacia el establecimiento de dicho tipo de vínculos.
El concepto de infidelidad
La infidelidad es una situación compleja que se manifiesta como resultado de la interacción entre diversos factores, entre los que se encuentran: factores sociales, individuales, culturales y sexuales. Todos estos factores interaccionan de manera particular en cada persona, haciendo que cada infidelidad sea un proceso único.
Etimológicamente, se entiende la infidelidad como un incumplimiento del concepto de fidelidad, en el cual una persona realiza una conducta sexual y/o romántica que se encuentra fuera del acuerdo implícito que estaba establecido en la propia relación de pareja, con quien se mantenía la expectativa de exclusividad propia de la monogamia. Esto genera una ruptura de la confianza, entendiéndose la misma como un pilar esencial en las relaciones de pareja.
El contexto cultural y de género tiene un papel fundamental en el ámbito de las infidelidades y en la percepción que tiene la sociedad de este fenómeno. Así, se presentan diferencias entre géneros, siendo el hombre en relaciones heterosexuales el más propenso a cometer una infidelidad. La diferencia radica también entre las motivaciones para dicha conducta. Se estima que la causa principal de la infidelidad en las mujeres es la presencia de insatisfacción dentro de la pareja; mientras que en los hombres es más frecuente el deseo sexual.
¿Se puede relacionar la infidelidad con variables psicológicas?
Diversas investigaciones han intentado relacionar el concepto de infidelidad con ciertas variables psicológicas como son el estilo de apego, la satisfacción con la relación de pareja y las actitudes ante la infidelidad.
Existe un claro consenso de los expertos en este ámbito de conocimiento de que el vínculo establecido con las figuras parentales durante la infancia tiene una influencia en el componente afectivo de las relaciones personales en la vida adulta. Así, las personas con un apego ansioso-ambivalente pueden desarrollar un intenso miedo al abandono que se manifiesta en las relaciones de pareja con constantes preocupaciones y ansiedad sobre los sentimientos de la otra persona. Esto implica que puedan necesitar una gran atención y seguridad por parte de la otra persona de la pareja, cosa que puede derivar en relaciones de dependencia. Por otro lado, personas con un apego evitativo pueden desarrollar en la edad adulta dificultades con la intimidad y poca expresión emocional en las relaciones interpersonales.
En diferentes investigaciones se ha observado que los tipos de apego que se correlacionan con mayor probabilidad de cometer una infidelidad son justamente el ansioso y el evitativo. Asimismo, las variables de satisfacción con la relación y las actitudes hacia la infidelidad también tienen un papel relevante, siendo más propensas a la infidelidad las personas que reportan una menor satisfacción en su relación de pareja, así como las que presentan actitudes positivas hacia la infidelidad.

Relación entre los estilos de apego ansioso/evitativo y la infidelidad
Se ha observado que las personas con un apego ansioso-ambivalente suelen presentar menor satisfacción en la relación de pareja, ya que tienden a manifestar una mayor hipervigilancia al ser más sensibles a las señales de rechazo o abandono. En estos casos, la necesidad y demanda de tener mayor intimidad, puede hacer que se busque satisfacer dicha carencia en relaciones fuera de la pareja. Por otro lado, las personas con apego evitativo tienden a presentar incomodidad y rechazo a la intimidad y a la cercanía emocional, lo que puede derivar en desarrollar un mayor interés en otras personas fuera de su relación de pareja.
¿Es posible superar una infidelidad en la pareja?
Sí, aunque la infidelidad supone una ruptura de la confianza en la pareja, esta puede ser trabajada y restituida. Si se decide apostar por trabajar en la relación, la terapia de pareja puede ser de gran ayuda, contribuyendo a identificar las variables de la infidelidad, las emociones generadas, las conductas de control y las heridas en la relación. Asimismo, debido a las dificultades presentes a la hora de establecer qué se considera una infidelidad, un paso importante consiste en hablarlo con la pareja de manera clara y honesta para generar unos pactos acordados mutuamente sobre los que basar la propia relación.
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