Autora: Carla Carulla, psicóloga infantojuvenil en Elisabet Rodríguez – Psicologia i Psicopedagogia (Granollers).
Los trastornos de la personalidad son un tipo de trastorno psicológico bastante común. Se estima que entre un 5 y un 15% de la población puede experimentar un trastorno de la personalidad, iniciándose estos normalmente en la adolescencia o juventud.
¿Qué es realmente un trastorno de la personalidad?
Los trastornos de la personalidad consisten en alteraciones estables y de larga duración en las áreas de la cognición, de las emociones y de la conducta de la persona, que difieren de las expectativas culturales, interfieren en las esferas vitales del día a día de la persona y causan angustia y malestar.
Cabe mencionar que la personalidad patológica y la personalidad normal se establecen dentro de un mismo continuum; es decir, la personalidad funcional y la patológica poseen los mismos fundamentos y procesos de desarrollo. Como se comentaba en el párrafo anterior, los rasgos de personalidad no patológicos presentan conformidad con los comportamientos y costumbres esperables de la cultura o grupo social, son flexibles, promueven una adecuada adaptación con el ambiente, las personas y uno mismo. No obstante, en ocasiones, estos mismos rasgos de la personalidad se pueden volver inflexibles y desadaptativos, pasando a generar conflictos interpersonales y conductas rígidas que perjudican la salud y el día a día de la persona. Es esta segunda circunstancia la que caracteriza los rasgos de la personalidad patológicos, propios de un trastorno de la personalidad.
Según el DSM-5, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (APA, 2013), los trastornos de personalidad se pueden dividir en tres grandes grupos: el grupo A, que incluiría los trastornos de la personalidad paranoide, esquizoide y esquizotípico; el grupo B, incluyendo el antisocial, límite, histriónico y narcisista; y finalmente el grupo C, incluyendo los trastornos de la personalidad evitativo, dependiente y obsesivo-compulsivo. Los trastornos incluidos en el grupo B son los más comunes en la población general.
¿En qué consiste el trastorno de la personalidad narcisista?
El trastorno de la personalidad narcisista consiste en un patrón general de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía. Se inicia en la adolescencia o edad adulta joven y se caracteriza por un sentimiento de gran importancia personal, la sensación de ser especial o único y presencia de fantasías habituales de éxito, poder y brillantez. La forma de relacionarse crea dificultades en los vínculos interpersonales, ya que son usados por un propio fin; y al mismo tiempo presentan una hipersensibilidad a la evaluación de los demás, respondiendo a las críticas con emociones como la rabia, la vergüenza o la humillación.
Más concretamente, según describe el DSM-V (APA, 2013), el trastorno narcisista de la personalidad se caracteriza por un patrón dominante de grandeza, una necesidad constante de admiración y una carencia en la capacidad de empatía que comparte cinco o más de las siguientes características:
1. Sentimientos de grandeza y prepotencia (exagera sus logros y talentos y espera ser reconocido como superior).
2. Fantasías constantes de éxito, poder, brillantez, belleza o amor ideal ilimitado.
3. Creencia de ser especial y único, por lo que sólo pueden comprenderle o sólo puede relacionarse con otras personas especiales o de un estatus superior.
4. Necesidad excesiva de admiración.
5. Sentimiento de privilegio, expectativas de recibir un trato favorable no correspondiente a lo esperable.
6. Tendencia a explotar sus relaciones interpersonales, aprovechándose de los demás para los propios fines.
7. Carencia de empatía, no reconocimiento o identificación con las emociones y necesidades de los demás.
8. Sentimientos de envidia hacia los demás o creencia de que los demás sienten envidia de él.
9. Tendencia a comportamientos arrogantes, de superioridad.

¿Se puede presentar con otros trastornos?
Sí, de hecho, el trastorno narcisista de la personalidad presenta una tasa elevada de comorbilidades. Lo más frecuente es que se presente junto a la depresión, consumo de sustancias, ansiedad y otros trastornos de la personalidad.
¿Cuál es el pronóstico y evolución de este trastorno?
Los trastornos de personalidad son condiciones estables que afectan a la forma de pensar, sentir y comportarse de la persona a largo plazo. Existen diversas intervenciones psicológicas orientadas a tratar dichos trastornos, pero no se llegan a superar completamente.
El tratamiento de elección para las personas con trastornos de la personalidad es la terapia cognitivo conductual, que se basa en la premisa de que los procesos cognitivos, es decir, los pensamientos, afectan a la conducta y a las emociones; por lo que siendo consciente de los propios pensamientos y modificando los procesos cognitivos, se pueden llegar a conseguir modos de afrontamiento o conductas más adaptativas. Por lo que refiere a nivel farmacológico, aún no han sido aprobados medicamentos específicos para los trastornos de personalidad, aunque se pueden utilizar algunos fármacos para tratar síntomas específicos.
No obstante, cabe mencionar que las personas con un trastorno narcisista de la personalidad no suelen llegar a consulta voluntariamente, aunque si es frecuente encontrar en terapia a personas que sufren malestar al convivir con personas con dicho trastorno.
Referencias bibliográficas
Asociación Americana de Psiquiatría, Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM 5. Arlington, VA, Asociación Americana de Psiquiatría, 2013.
Artola, C. B., Solórzano, N. G., & Matamoros, D. O. (2020). Actualización de los trastornos de personalidad. Revista Médica Sinergia, 5(4), 5.
Pereira Palacios, V. (2022). Trastorno narcisista de la personalidad: un abordaje integral a partir de la Terapia de esquemas de Young.