EL USO DE REDES SOCIALES EN LA ADOLESCENCIA, ¿ES PELIGROSO?

Autora: Carla Carulla, psicóloga infantojuvenil en Elisabet Rodríguez – Psicologia i Psicopedagogia (Granollers).

El uso generalizado de las nuevas tecnologías ya hace años que forma parte de la vida de todos. Es habitual su utilización a nivel académico, laboral, de ocio y como herramienta de comunicación; y es evidente que las nuevas tecnologías han transformado significativamente las formas de comunicación y la naturaleza de las relaciones actuales, especialmente en los adolescentes.

Está claro que las nuevas tecnologías han aportado ciertos aspectos muy positivos en nuestras vidas, como por ejemplo el acceso a una gran cantidad de información, el acceso a numerosas posibilidades de ocio y entretenimiento, así como la facilitación de nuevas formas de comunicación que permiten establecer relaciones con personas que están en otras partes del mundo, entre otros beneficios.

Sin embargo, ¿son todo ventajas?

Desgraciadamente no. A pesar de todas estas oportunidades, las personas también experimentan riesgos a través del uso de las nuevas tecnologías, especialmente en la compleja etapa vital de la adolescencia. Según UNICEF, uno de cada tres adolescentes en España hace un uso problemático de internet y las redes sociales. Estos datos son alarmantes, ya que la adolescencia es una etapa vital donde se producen importantes cambios evolutivos a nivel físico, cognitivo, emocional y social, y donde se empieza a llevar a cabo el proceso de la creación de la propia identidad y autonomía. Se ha observado que una utilización inadecuada de las nuevas tecnologías en esta etapa puede conllevar una serie de riesgos a nivel psicológico, como bien ha estudiado la organización benéfica para la salud mental de los adolescentes Stem4.

Posibles riesgos y consecuencias a nivel psicológico

En una encuesta realizada desde la plataforma Stem4, encontraron que el 42% de los encuestados declararon padecer alteraciones debido a los contenidos visualizados diariamente en las redes sociales. Entre las siguientes afectaciones, se encontraron, por orden de prevalencia, que:

–   Un 70% experimentaban ansiedad.

–   Un 65% bajo estado de ánimo o depresión.

–   Un 40% insatisfacción corporal.

–   Un 35% desajustes en su alimentación.

–   Un 25% comportamientos autolesivos.

–   Un 17% problemas de conducta.

Siete de cada diez adolescentes reconocieron ser consciente de la relación entre baja autoestima y redes sociales, debido a la constante exposición y comparación a los cánones de belleza a través de cuerpos irreales. Se ha demostrado en diversas investigaciones que la exposición constante a cuerpos que cumplen los cánones de belleza actuales aumentan la insatisfacción con la propia imagen y promueven un bajo estado de ánimo.

Adicionalmente, a ese fenómeno se le añade la problemática del ciberacoso, muy habitual en dichas redes sociales y que conlleva elementos que aumentan la peligrosidad en comparación al bullying tradicional. Estos son la posibilidad de recibir acoso las 24 horas del día todos los días de la semana, la posibilidad de que la violencia sea perpetuada también por gente desconocida y anónima, y la mayor dificultad para identificarlo y detenerlo, ya que el contexto en el que se da suele ser libre de supervisión por parte de los adultos.

A parte de lo expuesto, el uso excesivo de las redes sociales puede tener efectos negativos sobre la propia naturaleza de las relaciones sociales, así como provocar trastornos relacionados con el sueño, falta de concentración en otras tareas y mayor probabilidad de desarrollo de adicciones como la ludopatía, por ejemplo. 

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Factores de vulnerabilidad en los adolescentes

Diversos autores han intentado encontrar un perfil psicológico del adolescente que acaba siendo más vulnerable al uso problemático de las nuevas tecnologías y las redes sociales. En un estudio de la Universidad de Málaga de 2021, se encontró que el menor monitoreo por parte de los padres de las actividades que realiza el menor fuera de casa, junto a unas bajas habilidades de regulación emocional, son dos factores predictores del uso conflictivo de internet.

Se hipotetiza que el uso problemático de internet en la adolescencia es, en ocasiones, una estrategia para reducir los niveles de malestar. Es una estrategia que aunque a corto plazo funciona, ya que consigue este objetivo, acaba siendo desadaptativa, ya que a medio largo plazo el malestar se mantiene y se limita la posibilidad de desarrollar otro tipo de estrategias de afrontamiento y de regulación emocional más eficaces. Es por ello por lo que la presencia de inteligencia emocional y habilidades de gestión emocional, son un factor protector para dicha problemática.

Algunas pautas parentales preventivas

El trabajo preventivo por parte de la familia cobra una importancia extrema ante lo expuesto. Así, establecer límites de acceso, promover un acompañamiento en las primeras etapas y favorecer el diálogo para reflexionar sobre la elección de referentes sanos son aspectos relevantes a considerar en la intervención en estos casos. A nivel más concreto, otros aspectos relevantes pueden ser los siguientes:

–   Ser un modelo de referencia responsable en cuanto al uso de las tecnologías y las redes sociales.

–   Designar tiempos para el uso de las tecnologías y delimitando coherentemente cuando está permitido su uso.

–   Evitar que empleen las tecnologías como medio de regulación ante emociones desagradables, promover una gestión emocional más adaptativa.

–   Indicar que la conexión a internet o a redes debe atender a una finalidad concreta, evitando su práctica como pasatiempo y sin un objetivo previamente establecido.

–   Evitar instalar aparatos tecnológicos en la habitación del menor, limitarlo a las zonas comunes de la casa.

–   Evitar la utilización de ordenadores, tablets o teléfonos móviles durante la hora previa a ir a dormir.

–   Fomentar el descubrimiento de otras actividades gratificantes que no impliquen las tecnologías y promuevan las relaciones sociales y la práctica de ejercicio físico.

Referencias bibliográficas

Arrivillaga, C., Peña, L. R., & Pacheco, N. E. (2021). Perfil emocional de adolescentes en riesgo de un uso problemático de internet. Revista de Psicología Clínica con Niños y Adolescentes, 8(1), 47-53.

Martínez, G., Garmendia, M., & Garitaonandia, C. (2020). La infancia y la adolescencia ante las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs): oportunidades, riesgos y daño.

Orosco Fabián, J. R., & Pomasunco Huaytalla, R. (2020). Adolescentes frente a los riesgos en el uso de las TIC. Revista electrónica de investigación educativa, 22.

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